Hemos leído dos noticias en el periódico The Guardian, una el 4 y otra el 5 de septiembre en las que se habla de la necesidad de poner en manos de las niñas y niños ingleses otras literaturas que no sean las creadas en lengua inglesa. Inglaterra tiene una larga tradición de Literatura Infantil y Juvenil y grandes autores e ilustradores (A.A. Milne, Joan Aiken, Roald Dahl, Beatrix Potter, Babette Cole, Lauren Child, etc.) seguramente los mejores, pero precisamente por ello, apenas compran derechos de obras en otros idiomas. Incluso grandes clásicos internacionales han sido traducidos muy tarde al inglés: Pippi, Heidi, Los Mumin, Asterix, Babar, etc.
Ahora hay un proyecto de Booktrust que subvenciona a aquellos editores que compren derechos de obras de LIJ en otros idiomas. Los propios editores reconocen no tener personal preparado para seleccionar buenos libros en otras lenguas.Tendrán que darse una vuelta por Bolonia, etc. Y es que parece que por fin se han dado cuenta de que se están perdiendo algo, de que la creatividad y las buenas historias pueden ser creadas en cualquier lugar del mundo y en cualquier idioma, no solo en inglés.