
Arco de Costantino próximo al Coliseo, atestada de turistas estaba Roma en pleno mes de julio.
Pues recién acabamos de volver de Roma, hemos pasado una semana con nuestros hijos (entre 10 y 19 años) en la ciudad eterna subiendo y bajando sus siete colinas ¡Mira que hay cuestas y escaleras en Roma! Aunque el metro solo tiene dos líneas sorprendentemente es una ciudad abarcable andando,al menos su centro histórico.

Salimos del metro y nos encontramos de frente con El Coliseo.. ¡Impresionante el tamaño! Eso sí atestado de gente, pero con el Roma Pass no hay que hacer cola.
Os resumimos las cosas que más nos han gustado de esta hermosa ciudad en la que como podéis imaginar no renunciamos a visitar la mejor librería infantil de la ciudad según nuestra guía Lonely Planet.
Lo primero que hicimos fue sacarnos el ROMA PASS. Los cuatro primeros días visitamos lo imprescindible, «lo que hay que ver» y el resto lo dedicamos a andar por la ciudad colina arriba, escaleras abajo.
Lo que más nos ha gustado de Roma
1. EL CIELO: sí el cielo de Roma es especial, no es solo la luz… son esas nubes esponjosas, algodonosas que parecen salidas de un cuadro, para comprobarlo pinchen en la imagen de arriba, la del Arco de Constantino.
2. SUBIR HASTA LA CÚPULA DE de la Basílica de San Pedro. Son un montón de escaleras pero vale la pena el esfuerzo (recomendamos la opción de combinarlo con ascensor); no solo por las vistas de la ciudad sino porque puede verse el interior de la Basílica desde arriba y las proporciones resultan impresionantes. Para los niños es una aventura porque alternan escaleras, rampas, una zona estrecha e inclinada, etc.

Imagen de la plaza del Vaticano tomada desde la cúpula
Eso sí para evitar las colas sacamos las entradas por Internet 15 días antes.

Cola para pasar el escaner y entrar en la Basílica de San Pedro, obérvese la soberbia columnata diseñada por Bernini.
3. EL PALACIO FARNESE Y EL CAMPO DI FIORI.

El elegante Palazzo Farnese, uno de los más bellos de Roma
Desgraciadamente no pudimos visitar el El Palacio Farnese ubicado en la también elegante Piazza Farnese; actualmente es la sede de la Embajada francesa. Cada 15 días ofrecen una visita guiada gratuita pero hay que concertarla con dos meses de tiempo.

Fuente de la Plaza Farnese, la bañera procede de las Termas de Caracalla
Al lado de esta plaza se encuentra el CAMPO DI FIORI; por las mañanas es un mercado de frutas y verduras al aire libre y por la tarde se llena de gente que pasea o se sienta en la terrazas que rodean la plaza.

Campo di Fiori ¡Aquí compramos fruta y en la fuente nos lavamos las manos y llenamos las botellas de agua!
Aquí podemos ver a italianos que viven por la zona y se acercan a comprar pan o pizza en la mejor pizzería de Roma: Forno Campo de Fiori. Es un horno, de modo que la compras caliente (recién sacada del horno que está en la puerta abierta al lado, uno puede verlos trabajar) y en la puerta te la comes; porque la gracia está en esa inmediatez, si se enfría ya no es lo mismo. La de aceite o bianca (sin nada más) está de muerte y la de patata está para chuparse los dedos (ahora entenderán que lo de lavarnos las manos no era un detalle sin importancia). En el mismo horno compramos una bebida fresquita y nos sentamos en medio de la plaza e hicimos merienda-cena.

La mejor pizzería de Roma: pizza de aceite, pizza de patata ¡Para morirse!
Justo en la parte de atrás del Palacio Farnese está el río Tiber, cruzando por cualquiera de sus puentes llegamos al barrio más popular de Roma: El Trastevere.

Imagen del río Tiber tomada desde el puente Fabricio, lo de la derecha es nada menos que un cine al aire libre en la isla Tiberina; y cruzando llegamos al Trastevere.
4. EL TRASTEVERE y EL JARDÍN BOTÁNICO

El trastevere es un barrio de casas populares lleno de pubs y terrazas
Este barrio nos gustó mucho porque conserva cierto sabor a pueblo. Pasear por sus calles es una sorpresa continua, mucha gente joven (estudiantes, becarios, etc.) tomando una cañita en una terraza, tiendas variopintas, pizzerías, heladerías, etc. Es menos lujoso y monumental que el casco histórico de Roma y quizá por eso más auténtico.
Desde aquí se accede al Jardín botánico perteneciente al departamento de biología de la Universidad de Roma. Entre tanta piedra supone un respiro para todos pero sobre todo para los más pequeños.

Pagoda del Giardino Giapponese del Museo Orto Botanico de Roma
Disfrutamos de un rato de paz (aquí no llegan las oleadas de turistas) y frescor; hacía calor en Roma aunque no tanto como suponíamos, salvo las horas de canícula (de 14 a 16 horas) el resto del tiempo corría un poco de aire y no agobiaba para nada la temperatura.
Hemos vuelto con las pilas cargadas, llenas de energía y con ganas de contaros todo lo que hemos visto. Estamos preparando dos entradas más sobre el viaje : Cosas curiosas por las calles de Roma y La mejor librería para niños en Roma.
Muy pronto aquí.. nos vamos a poner la lavadora que no nos quedan bragas ni calcetines limpios.
¡CHAO BAMBINOS!

Fachada de la mejor librería de LIJ de Roma