50 años de «Cuando Hitler robó el conejo rosa»

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En 2021 se cumplieron 50 años de la publicación de Cuando Hitler robó el conejo rosa. Esta novela (De 9 a 99 años) le dio fama mundial a Judith Kerr que hasta entonces se sentía más ilustradora que escritora. Publicaba álbumes ilustrados protagonizados por la gata Mog.  

Hoy queremos hablaros de un libro maravilloso que se publicó por primera vez hace 50 años y que leído hoy resulta fresco y lleno de vida. Por eso nos encanta que se haya reeditado en una edición especial en tapa dura y con una cubierta atractiva que estamos seguras volverá a poner de moda esta novela. Su autora, Judith Kerr, nos cuenta cómo en 1933 su familia judía huyó de la Alemania nazi para salvar la vida; ella tenía entonces 10 años. Su padre, Alfred Kerr, era crítico de teatro y su madre, Julia Kerr, profesora de piano y compositora.

Cuando Hitler robó el conejo rosa cuenta las peripecias de esta familia con los ojos de una niña, con mucha inocencia, el exilio es visto como una aventura y, aunque parezca mentira, no es una novela triste, desprende alegría de vivir y confianza en el futuro. Está cuajado de diálogos por lo que resulta muy ágil y engancha desde las primeras páginas. Esta edición incluye pequeños dibujos en blanco y negro de la autora y al final una nota de cinco páginas en la que cuenta detalles sobre cómo escribió el libro y de lo afortunada que se siente de haber huido del exterminio nazi y declara que ha tenido una vida feliz a pesar de ser una exiliada. Cuando cierras el libro (233 páginas) te quedas con ganas de más. Una hermosa historia de superación que quizá hoy, en plena guerra de Ucrania, está más viva que nunca. Como nos gusta decir a nosotras: ¡Es un 20 como una casa! ¡De 9 a 99 años!

Judith recibió el premio Booktrust Lifetime Achievement Award en 2016 y en 2019 fue nombrada ilustradora del año en los British Book Awards. Murió en mayo de 2019 a la edad de 95 años y sus historias continúan entreteniendo y deleitando a varias generaciones. En 2019 la directora de cine alemana, Caroline Link, la adaptó al cine con el título El año que dejamos de jugar. Nosotras no la hemos visto pero tiene buena crítica.

Seamos exigentes con los libros que ofrecemos a los niños

Nos encanta escuchar a la escritora y guionista Maite Carranza hablar sobre el libro, el niño, el valor que le damos al libro; cómo es escribir hoy para niñas y niños, etc.

Asistimos a un taller suyo en Pizpirigaña sobre cómo escribir un guión. Nos pareció muy profesional, una persona con mucho tesón. Nos habló de la congruencia argumental, de que el personaje ha de tener un conflicto personal, ha de evolucionar a lo largo del relato; de la estructura de la novela, del mid point, del clímax, etc. aprendimos mucho la verdad.

Como ejercicio práctico nos planteó una historia real que le contó un anciano a su marido y en el que ella barruntó que había mimbres para construir una novela. Está basado en un hecho real ocurrido en España durante la guerra civil. Fue el germen de su libro Una bala para el recuerdo. publicado en 2017. Lo hemos leído, apenas 188 páginas,  y nos ha gustado; muy interesante para hablar con nuestros hijos de la guerra civil española y de eso que llamamos la memoria histórica. En este otro vídeo habla de ello. http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-aventura-del-saber/aventuramcarranza/4327302/

Arnold Lobel, el hombre discreto

Libros de Arnold Lobel que expusimos en el Ateneo (13-01-2018). Añadimos dos libros de James Marshall  porque eran amigos y compartían ese punto de humor absurdo e ingenuo.

Ayer sábado nos juntamos en el Ateneo 22 personas en una nueva sesión de nuestro club de lectura Todo el mundo va. Empezamos haciendo una lectura dramatizada de Las pastas incluido en de Sapo y Sepo inseparables para crear atmósfera.

Luego fuimos repasando algunos párrafos de la ponencia de Ellen Duthie que habíamos tomado como referencia. A Lobel hay que arrimarse para oírlo; hay algo íntimo, recogido en gran parte de su obra. Como personaje es modesto, calladito, modosito, rehúye cualquier contacto con el público. Ni siquiera pensaba que tuviera mucho sentido leer en escuelas o reunirse con niños porque decía que «no se le daba bien». Los personajes de Lobel son más bien caseros, susurran para no molestar, o como mucho gruñen para expresar su malestar. Héroe no sería una palabra para describir a sus personajes.

Incluso la paleta de colores que usaba en Sapo y Sepo y Buho en casa fue objeto de bromas cariñosas que alimentaban esa imagen de él. Hay un tono de verde en concreto, un tono entre bilis y flema, verdaderamente repugnante. La mayoría de los artistas ni lo tocarían pero Arnold usa este verde todo el tiempo y consigue hacer que funcione. (James Marshall)

No hay muchos estudios sobre la obra de Lobel, una razón puede ser lo discreto que era y otra (apunta Ellen Duthie) el hecho de que no cultivara el género de los álbumes ilustrados. Se centró más en los Easy readers (libros fáciles de leer). Estos libros carecen del glamour y la espectacularidad del álbum ilustrado. Sin embargo, Lobel maduró como escritor con este género, libros fáciles de leer pero nada fáciles de escribir, en los que es necesario contar algo con cierta chispa y a poder ser algo de chicha en muy pocas páginas. A esta serie pertenecen Sapo y Sepo, Sopa de ratón, Búho en casa, Historias de ratones, etc.

Y tras esta explicación abrimos el turno de opiniones.

A mí me encanta Lobel, sus libros son sencillos pero muy inteligentes. Sus reflexiones, diálogos, etc, dan mucho juego con los niños (y no solo con los pequeños) y propician el diálogo sobre temas a veces insospechados.

Con mis hijos he leído Sapo y Sepo hasta la saciedad. Su aventura favorita era Una lista, y leerla les llevaba a hacer su propia lista.

Al ser historias cortas, cada noche leíamos una. A veces insistían e insistían para leer una segunda. Me gustan mucho los libros con historias cortas. 

Yo recuerdo con mucho cariño Los cuentos del  cerdito Oliver de Alfaguara. Su historia favorita era ¡Nieva! Contaba todos los preparativos de dos niños y su madre para salir a tocar la nieve que acaba de caer. Gorros, bufandas, botas, etc. No estaba escrito por Lobel pero sí ilustrado por él. Hace más de 20 años pero mis hijos todavía lo recuerdan. Ahora no está disponible pero seguro que lo reeditan porque era delicioso.

A mí me encanta porque sus libros plantean cuestiones filosóficas, pero no tienen una moraleja explícita. No te dicen cómo resolver nada pero te hacen pensar en las distintas opciones. 

Cerramos este monográfico sobre Lobel (Estados Unidos, 1933-1987) hablando de su vida. Con su mujer, Anita Lobel, compañera de estudios y con la que trabajó en varios libros, tuvo dos hijos. En 1974 le dijo a su familia que era gay, cuando tenía 41 años. Murió a los 54 años por complicaciones derivadas del SIDA.

La sesión resultó muy interesante y aunque Lobel era un hombre discreto, lo cierto es que sus personajes son conocidos en todo el mundo y sus libros se siguen leyendo, se ha convertido en un clásico. Y es admirado por muchos artistas actuales. Os dejamos con la opinión de esta ilustradora francesa.

Me gusta mucho Historias de ratones. Y en particular la historia titulada El viaje. Un ratón va a visitar a su madre caminando y tanto camina que se le lastiman los pies. Así que se quita sus viejos pies y se compra unos nuevos. Me gusta esa forma de llevar hasta el final una idea absurda, pero con una gran lógica. (Dorothé de Monfreid)