Este verano lo hemos pasado leyendo relatos cortos para adultos de la mano de Ángel Matute en el club de lectura El color de la mirada. El caso es que nos surgió la siguiente pregunta ¿Por qué no se publican relatos cortos también para el público infantil? Contamos con estupendas recopilaciones de cuentos tradicionales pero ¿no hay más opciones?
Nos referimos a cuentos en los que impere la palabra, cuentos que uno pueda leer en voz alta a su hijo disfrutando solo de los sonidos, más allá del omnipresente y muchas veces caro y ostentoso álbum ilustrado. A veces uno coge un álbum y se pregunta ¿para ésto era necesario un álbum tan pretencioso?
Porque hay noches que apetece leer un cuento sencillo, así rapidito, corto y si es gracioso mejor y a dormir. La respuesta es que no, que no abundan los cuentos cortos y mucho menos los que destilan sentido del humor.
Así que nos pusimos a buscar y esto fue lo que encontramos; hay muchos más en el mercado pero aquí solo recogemos los que nos gustan a rabiar, los que nos han funcionado a nosotras. Esperamos que os gusten y encantadas si alguien nos propone algún título más para nuestra lista.
LISTADO DE CUENTOS CORTOS. Versión para imprimir.
De la lista que adjuntamos arriba queremos resaltar a Daniel Nesquens con un humor absurdo que bebe del mejor Rodari. Su libro Diecisiete cuentos y dos pingüinos lleva ya más de diez ediciones (la primera del año 2.000 y la última de 2009) y recoge 18 historias cortas llenas de humor. Y lo mismo podemos decir de su Hasta casi cien bichos ¿Qué es sino un cuento corto el relato que hace Nesquens de cada animal?
Poco diremos del Caballo, ya que es por todos conocido. Aclarar que la hembra del caballo es la yegua y no la caballa, como algún analfabeto dice. Que el caballo de carreras no hace falta matricularlo, solo herrarlo. Y que cuando no se había inventado el automóvil, ni el tren, la manera más rápida de ir de un sitio a otro era el …, el avión.
Caballo(Página 31)
Y en este mismo registro de humor absurdo hay otro libro que nos encanta de Pinto y Chinto : Cuentos para niños que se duermen enseguida.
Lo más gracioso del libro es la introducción: Los cuentos para antes de dormir deben ser cortos; no como aquel cuento tan largo que, cuando se acababa de contar, ya era hora de que el niño fuese al colegio. O aquel cuento largo en el que los niños se quedaban dormidos por la mitad y luego tenían que soñar el final. Aunque el cuento más largo que se conoce es tan largo que cuando se termina de contar, el niño ya es adulto.