Cuando empezamos en la animación a la lectura, lo primero que nos planteamos es que había que organizar los libros de otra manera, por género, así tenemos los cómics en una estantería, la poesía en otra, los libros informativos en un estante aparte, sin palabras en otra, y luego ya la ficción por edades. Conforme ha ido creciendo nuestra biblioteca hemos hecho talleres de cómic, de poesía, etc. nos hemos ido especializando.
Pues bien, ahora estamos en otra fase, ahora nos permitimos revolver todo y preparar sesiones monográficas en torno a temas que nos interesan, un centro de interés que de juego. Así tenemos un monográfico de perros, la cantidad de buenos álbumes que hay de perros, pero también libros informativos, por ejemplo Razas de perros con magníficas fotos. Este es uno de los libros que más gusta a los niños en nuestros talleres. No lo leen entero pero lo hojean, comparten con los demás su foto favorita, se leen unos a otros los pies de foto, etc.
¿Adónde queremos llegar con esta reflexión? Pues a que hay que mover los libros, revolverlos, mezclar diferentes niveles de lectura, no tener miedo al caos, dejarles elegir entre lo bueno. El hecho de mezclar ficción y no ficción, álbum y cómic, etc. les permite navegar de un género a otro sin prejuicios, simplemente porque les apetece leer aquello. Y así, a lo tonto a lo tonto, acaban leyendo un montón de títulos al año. Quizá no los han leído de cabo a rabo, pero los han ojeado, han visto los dibujos o las fotos y ya saben de su existencia.
Nos encanta fisgonear por las estanterías y dejarnos sorprender por álbumes que podemos utilizar para esto o aquello. Y lo más curioso es que descubres que hay libros que te sirven para varios monográficos, que son muy flexibles. Ahora estamos preparando un monográfico de osos. También es un personaje muy recurrente en la LIJ y estamos entusiasmadas por la riqueza del tema.