La cámara verde: una sátira sobre la codicia

20 personas nos hemos juntado hoy sábado en el Ateneo riojano para hablar de La cámara verde de Martine Desjardins (Impedimenta, 2017). Lo recomendamos de 16 a 99 años. ¡Humor negro!

Chispeando ha amanecido en Logroño hoy sábado y nosotras hemos hablado durante dos horas de la hilarante novela, La cámara verde, de Martine Desjardins (Canadá, 1957). Podríamos encuadrarla dentro de la literatura fantástica. Aborda muchos temas: especulación inmobiliaria, negocios,dinero como única religión, ahorro, codicia, falta de sentimientos, los peligros de una educación estricta, etc. Queremos destacar también la fantástica traducción, se la debemos a Luisa Lucuix Venegas.

La autora decía en una reciente entrevista: La novela está inspirada en la historia de mi familia, tanto por parte de mi padre como por la de mi madre. En ambas, el dinero y las herencias han causado multitud de problemas. Mi abuelo era promotor inmobiliario, como Prosper Delorme, y también era un hombre de gran avaricia. He crecido en un universo donde el dinero era sagrado, donde cada gasto debía estar justificado y donde el despilfarro era considerado un crimen.

Es la casa la que cuenta la historia en 1ª persona, una casa que oye, ve, huele, siente y padece. Una de las cosas que más hemos resaltado es que la novela tiene constantes giros narrativos que te impiden imaginar qué es lo que va a ocurrir, te mantiene en vilo hasta el final. El tiempo va y vuelve del presente al pasado.

Combina un lenguaje muy cuidado (cuando narra la casa) con un lenguaje propio de lo oral (refranes y frases hechas) en los abundantes y ricos diálogos: Tirar de la lengua, Mi gozo en un pozo, Todavía duda de poner al lobo a cuidar las ovejas, Le pagaron a tocateja.

Algunas opiniones que se han vertido:

Yo la he leído dos veces, la primera estoy más pendiente de la trama; en cambio, en la segunda, analizo más cada detalle, la paladeo mejor y también busco posibles fallos. Esta novela me ha gustado mucho la primera vez y la segunda todavía más. / El texto es ingenioso, de un humor hilarante que no se encuentra fácilmente. / La descripción de los personajes es magnífica. / Al principio los personajes me producían rechazo porque la racanería es una cosa que odio.

Una de las cosas que más me gusta de la novela es la intriga, te crea una incógnita y desde el principio y casi hasta el final no la resuelve. Te mantiene en vilo toda la novela. / A mí el sentido del humor tan sutil, cuando habla del entierro: Enterramos a Louise con poca pompa (Página 211)

Maneja muy bien el lenguaje: Estelle entra en unos de esos estados de cólera latente que presagian la peor de las tormentas (Página 115)

El personaje de Estelle me ha recordado a la vieja usurera de Crimen y castigo de Dostoievski. / A mí a los libros de Andrew Clements. Tiene uno que se titula Dinero para comer. Es un chaval obsesionado con ahorrar y sacar rentabilidad de todo. Funciona bien con niñas y niños de 10 a 12 años. 

Yo leí en la web de Impedimenta que era una obra maestra del gótico canadiense, deudora del mejor Robertson Davies. Saqué de la biblioteca Espíritu festivo y me está gustando mucho. ¡Es tan difícil encontrar libros divertidos bien escritos!

La cámara verde es una novela sobre la racanería, el apego al dinero; sin embargo yo pienso que ahora estamos en el polo opuesto: la obsesión por el consumo, por las marcas, por gastar.

¿Qué cosas haces para ahorrar?

Próximo sábado 12 de enero hablaremos de La cámara secreta.

Este próximo sábado 12 de enero a las 11.00 en el Ateneo tendremos la primera sesión del club de lectura Todo el mundo va de este año recién estrenado. Hablaremos de La cámara verde. Un libro lleno de humor muy bien escrito. Nuestro librero de confianza nos ha dicho que se está vendiendo muy bien para adultos. Y es que no abundan los libros con sentido del humor, con golpes de efecto y tremendos giros narrativos. Algunas ya nos habéis escrito diciendo que os está encantando pero nosotras queremos saber si sois o no unas rácanas.

¿Qué cosas habéis llegado a hacer por ahorrar? Esas pequeñas manías que nunca confesarías en público? Si os da corte escribirlo aquí hacedlo en un papelito de forma anónima; en la sesión del sábado los echaremos todos en una cesta y los revolveremos bien para que nadie sepa quién es la rácana. Y los leeremos en en voz alta. Vamos a empezar nosotras con un ejemplo: cuando se nos acaba una crema cortamos con la tijera el tubo para aprovecharla hasta el final. ¡No dejamos ni gota!