Acaba de llegar a las librerías El libro de los errores de Gianni Rodari, del que este año celebramos el centenario de su nacimiento. Y, para eso, para celebrarlo por todo lo alto, la editorial Juventud, ha publicado una esmerada edición. Fantástica la maquetación, la tipografía, la traducción de Carlos Mayor, y la ilustración de la italiana Chiara Armellini.
- ¿Qué es un error?
Rodari le dio muchas vueltas a esto durante mucho tiempo e hizo de ello un libro que es un torbellino de creatividad, que transforma los errores en ocasiones para el juego y la reflexión. Desde errores comunes de ortografía hasta los errores de injusticia, arrogancia o ignorancia. Estaba convencido de que los errores no están en las palabras, sino en las cosas, hay que corregir las faltas pero sobre todo hay que corregir el mundo. Poemas como El cielo es de todo el mundo o Niño y muñecas son buenos ejemplos.
- Relatos cortos y poemas
Un libro curioso, que alterna relatos cortos con poemas, donde creatividad y pensamiento pedagógico van de la mano, y su valor como propuesta innovadora sigue siendo importante incluso hoy. Rodari hace uso de su particular gramática capaz de permitirnos a todos el uso total de la palabra No para que todo el mundo sea artista, sino para que nadie sea esclavo.
Como en todo recopilatorio, unos poemas y relatos son mejores que otros. Especialmente humorísticos nos parecen Guidoberto y los etruscos y Viaje con los magos.
- Chiara Armellini
Las ilustraciones de Chiara son alegres, coloristas y juguetonas. Mezcla la estampación, el estarcido (uso de plantillas) con lo digital. Sus elegantes diseños, siempre con mucho espacio en blanco, hacen muy atractivo el libro. Sus ilustraciones fueron seleccionadas en la Feria de Bolonia en los años 2010 y 2012.
- Traducir a Rodari
Es de justicia reconocer la importancia de la traducción en la obra de Rodari por ser especialmente compleja. Traducir juegos de palabras, retahílas, ortografía, errores gramaticales, poemas y que suenen bien, que no chirríen al leerlo, es para quitarse el sombrero. Los traductores tienen que hacer una interpretación de los textos, una traducción recreativa y además tener una visión muy amplia de su obra.
- ¿Quién fue Gianni Rodari?
Giovanni Francesco Rodari fue maestro, periodista y pedagogo. Comenzó a publicar en los años 50 y fue excomulgado por el Vaticano por «ex-seminarista cristiano diventato diabolico», además de quemar en los patios de las parroquias ejemplares de sus libros; esos libros que tanto han contribuido a la renovación de la literatura infantil y de la pedagogía. En 1970 ya era plenamente reconocido y se le concedió el premio Andersen.
Rodari es un maestro de la comedia inteligente con personajes y situaciones surrealistas a la vez que muy pegados a los problemas y a la vida cotidiana. Consigue combinar lo didáctico con la diversión. Siempre tiene que estar presente el juego. Creía en el poder liberador de la fantasía y consideraba a los niños lo suficientemente autónomos para desarrollar su propia creatividad. Quería que los niños tuvieran una actitud activa e independiente. Permitir lo raro y distinto para construir mundos sin límites.
Jugar con las cosas sirve para conocerlas mejor. Y no veo la utilidad de poner límites a la libertad del juego.
Miguel Azaola, uno de sus traductores al español lo define muy bien: Rodari era un mago enamorado de las palabras y de su idioma. Hablado y escrito. Y le gustaba jugar. Era capaz de escribir un poema hablando del punto de una i o de un acento perdido. Y el juego al que se entregaba era mágico, como él. Por las palabras que utilizaba, por la forma en que las hacía fluir, pero también por la finísima y suave ironía con que reflejaba las contradicciones, las injusticias, los errores y los aspectos esencialmente absurdos de la sociedad. Algo que a los niños, si se les cuenta con el humor tierno, chispeante y también absurdo de Rodari, les encanta.
Un libro maravilloso para regalar (de 9 12 años), un imprescindible en la biblioteca escolar y en la biblioteca familiar. La faja del libro es una de las más bonitas que hemos visto en años. No es un adorno sin más, establece un diálogo gráfico con el resto de la cubierta del libro, de modo que se complementan. ¡Una maravilla!