Mezcla y mueve los libros en torno a un centro de interés

Cuando empezamos en la animación a la lectura, lo primero que nos planteamos es que había que organizar los libros de otra manera, por género, así tenemos los cómics en una estantería, la poesía en otra, los libros informativos en un estante aparte, sin palabras en otra,  y luego ya la ficción por edades. Conforme ha ido creciendo nuestra biblioteca hemos hecho talleres de cómic, de poesía, etc. nos hemos ido especializando.

Pues bien, ahora estamos en otra fase, ahora nos permitimos revolver todo y preparar sesiones monográficas en torno a temas que nos interesan, un centro de interés que de juego. Así tenemos un monográfico de perros, la cantidad de buenos álbumes que hay de perros, pero también libros informativos, por ejemplo Razas de perros con magníficas fotos. Este es uno de los libros que más gusta a los niños en nuestros talleres. No lo leen entero pero lo hojean, comparten con los demás su foto favorita, se leen unos a otros los pies de foto, etc.

¿Adónde queremos llegar con esta reflexión? Pues a que hay que mover los libros, revolverlos, mezclar diferentes niveles de lectura, no tener miedo al caos, dejarles elegir entre lo bueno. El hecho de mezclar ficción y no ficción, álbum y cómic, etc. les permite navegar de un género a otro sin prejuicios, simplemente porque les apetece leer aquello. Y así, a lo tonto a lo tonto, acaban leyendo un montón de títulos al año. Quizá no los han leído de cabo a rabo, pero los han ojeado, han visto los dibujos o las fotos y ya saben de su existencia.

Nos encanta fisgonear por las estanterías y dejarnos sorprender por álbumes que podemos utilizar para esto o aquello. Y lo más curioso es que descubres que hay libros que te sirven para varios monográficos, que son muy flexibles. Ahora estamos preparando un monográfico de osos. También es un personaje muy recurrente en la LIJ y estamos entusiasmadas por la riqueza del tema.

«Vende» los libros a tus alumnas/os

Amira vendiendo a sus compañeras El higo más dulce.  Biblioteca Rafael Azcona, 20-02-2017

Hay un blog que nos inspira mucho y del que copiamos sin rubor (a nosotras nos encanta que nos copien, todos aprendemos de alguien) algunas iniciativas. Por ejemplo la Batalla de libros, etc. Es un blog canadiense escrito en francés en el que distintas maestras van compartiendo sus experiencias sobre cómo fomentan la lectura en sus clases, tanto en Infantil como en Primaria.

Hoy queremos compartiros este artículo que nos ha gustado mucho porque presenta cinco estrategias muy sencillas de aplicar. Aunque no concreta la edad de niños y niñas por el contexto deducimos que habla de 1º o 2º de Primaria. Lo firma Annie Gravel

Ahora que se acerca el inicio del nuevo curso 2019-2020 nos ha parecido un momento estupendo. De modo que hemos hecho una traducción libre casera que os ofrecemos aquí. Las fotos no pertenecen al blog mencionado, son nuestras. ¡Ojalá os resulte útil! Si alguien quiere aportarnos sus experiencias estaremos encantadas de recibir comentarios.

Llegué muy repentinamente a mi clase en noviembre de 2018 en un área desfavorecida. El primer día quise leerles un álbum ilustrado y me sorprendí mucho cuando mis alumnos prefirieron quedarse en la parte de atrás de la clase y prácticamente me dieron la espalda mientras leía en lugar de presentarme. Recuerdo que me sorprendió esta visión y rápidamente noté que los estudiantes no estaban acostumbrados a coger un libro en su tiempo libre, que preferían quedarse en su mesa sin hacer nada a tomar un libro para pasar el rato. Así que me desafié a mí misma a tratar de inculcarles el placer de la lectura a lo largo del curso.

Fue en el mes de mayo cuando mis alumnos me dieron una gran sorpresa. Mientras estaba ocupada respondiendo el correo electrónico de un padre, noté que la clase estaba completamente en silencio. ¡Rápidamente pensé que algo andaba mal! Cuando levanté la vista, vi a todos mis alumnos, sin excepción, inmersos en un libro. Sin tener que recordárselo había logrado que se habituaran a coger un libro durante los tiempos de espera.

Me sentí tan orgullosa que hasta se me escapó una lagrimita. Puede parecer trivial pero en el caso de este grupo era un gran paso el que habían dado. El propósito de este artículo es ofrecer a otras maestras y maestros algunas estrategias para motivar a sus estudiantes a leer por sí mismos. Será necesario ser paciente, pero son los pequeños gestos los que cuentan.

1- Crea un rincón de lectura acogedor

La mayoría de las clases tienen rincones de lectura y la mía tenía uno pero la verdad muy poco motivador. La mayor parte eran libros viejos (más viejos que yo), estas colecciones en desuso no son atractivas ni para los niños ni para los adultos. De modo que decidí partir de cero, retiré todos los libros y les propuse a los niños que me ayudaran a organizar una nueva colección como estrategia para motivarles.

2- Vende los libros a tus alumnos

Después de esta tarea de expurgo decidí que había que venderles a los niños los nuevos títulos. A los adultos también nos gusta que nos recomienden libros, leer críticas, buscar información del autor, etc. De modo que decidí presentar cada libro que incluía en la biblioteca. Desplegué mis estrategias como vendedora para engancharlos y el efecto fue inmediato. Era presentar el cuento y en cuanto me daba la espalda los interesados se acercaban al libro para pedirlo prestado. Después algunos me preguntaron si ellos también podrían presentar libros a la clase para prestarlos a sus compañeros. ¡Una hermosa prueba de motivación intrínseca!

3- Léeles en voz alta todos los días

Decidí que impondría mi amor por la lectura leyéndoles una novelita en voz alta todos los días. Primero, los estudiantes más recalcitrantes permanecieron en la parte de atrás, pero a medida que pasaba el tiempo, les sorprendí estirando el cuello con mucho interés cuando mostraba las ilustraciones. ¡Una pequeña victoria! Les gustó tanto que a menudo me preguntaban a qué hora continuaríamos nuestra lectura. Durante el resto del año, leí a los estudiantes casi exclusivamente novelas que tuvieron una secuela. Pensé que si lograba enganchar a algunos con mi lectura, ¡podría ofrecerles el resto para que lo leyeran solos! ¡A menudo, tenía lista de espera para el Volumen 2!

4- Presenta libros muy variados

Una de las claves para fomentar la lectura es la variedad: distintos géneros (álbum ilustrado, libro informativo, cómic, poesía, relato corto, etc.), distintos autores, distintas editoriales. ¡Hay que tocar todos los palos! También distintos niveles de lectura, algunos prefieren libros gordos, otros flacos. ¡Hay que pensar en todas y todos! Los que tienen perro, los que adoran el cómic, etc.

Nunca lo repetiremos lo suficiente: debemos ofrecer al alumnado variedad de géneros, de autores, de ilustraciones, etc. Yo tenía una estudiante que odiaba leer, le pregunté por sus aficiones y descubrí que le apasionaba la cocina. Le traje un montón de libros de cocina y recetas y me la gané.

5- Predica con el ejemplo

Cuando quiero que mis alumnos hagan una tarea, yo también me pongo a ello. No basta con decir, hay que hacer. Esto lo aplico a todo, a las rutinas, actividades y también a la lectura. Por ejemplo, cuando quiero que la clase se calme, tomo un libro. Al principio, los estudiantes se sorprenden al verme leer en mi escritorio, pero trato de demostrarles que yo (su maestra) me divierto leyendo y así les motivo para leer por sí mismos.