Sapo y Sepo son amigos inseparables, no saben vivir el uno sin el otro. Juntos salen de paseo, cuidan el jardín y se reparten unas riquísimas galletas.
Ahora que empiezan las vacaciones y los niños tienen más tiempo libre, ahora que hace un calor aplastante, ahora digo, descubrimos ese gran placer que es leer. Leer uno de esos libros que te transporta lejos: a la selva en un barco con el Doctor Dolittle, o a los maravillosos paisajes de Ana la de tejas verdes, o al Misisipi con Tom Sawyer.
Baja de las estanterías algunos clásicos o sácalos de la Biblioteca, y ofrece a tus hijos la lectura como algo refrescante, nuevo, algo por descubrir. Una horita por la mañana, a la fresca y ya luego a la plaza del pueblo a jugar o a la piscina pero tú ofrece, invita. Y si todavía no sabe leer, léele en voz alta cada noche una aventura de Sapo y Sepo. Y si te vas de viaje, echa un par de clásicos en la maleta. ¡Los clásicos son para el verano!
El verano es un tiempo estupendo para leer, para seguir sin prisas a nuestro personaje preferido, para soñar despierto sin miedo a perder el tiempo. El verano es para relajarse, disfrutar, viajar…
Así fue la I Fiesta de la fiambrera en la que recreamos el ambiente de Ana la de tejas verdes. Bucólico paisaje Logroñés. 14-06-2014
Llevamos una temporada viviendo en la Isla del Príncipe Eduardo (Canadá), embelesadas con la lectura de Ana la de tejas verdes. Ha triunfado con los niños, las abuelos, padres y madres. La I Fiesta del Tupperware reunió a más de cincuenta personas con sus cestas y tuppers. El juego de orientación les encantó a los niños, recogían su plano y tenían que buscar El lago de las aguas refulgentes, etc.
Quiche, tortilla de patata, ensalada de pasta, empanada, ensaladilla rusa, etc. ¡Qué rico estaba todo! El tiempo también acompañó.
La tertulia con los dos primeros capítulos de Ana resultó muy participativa aunque el ruido de fondo del Bar Julio a veces molestaba un poco, el año que viene buscaremos un lugar menos ruidoso; aunque lo cierto es que comparado con un orfanato había mucho espacio para la imaginación. Os resumimos aquí las respuestas a una de las preguntas que planteamos en la tertulia. ¿Cuál es tu máxima esperanza de felicidad terrenal?
Corro haciendo una Tertulia literaria dialógica (TLD) ¡Vaya cesta!
Ir a una playa con poca gente y escuchar el sonido de las olas.
Comerme pronto un bocadillo de tortilla de patata que tengo hambre.
Inventar la máquina del tiempo y viajar en el tiempo.
Tener una alfombra voladora.
La teletransportación: estar aquí y en un momento estar en Nueva York.
Escuchar una filarmónica grande, por ejemplo la de Berlín.
Yo quiero ser abuela y juntarme con mis nietos en una casa con jardín.
Que los míos estén bien y se sientan orgullosos de mi y yo de ellos.
Comer un souflé de queso en un sitio fino.
Que los pobres estén bien.
I Fiesta de la fiambrera. Logroño, a la orilla del Ebro. Junio 2014
Que el gato que ha entrado en mi casa se quede para siempre que mi padre no quiere.
Nos despedimos con una frase de Ana (página 169) : Uno no puede sentirse en las profundidades de la desesperación con dos meses de vacaciones por delante.
Soy Laura, estoy leyendo este libro porque voy a ir a la fiesta de la fiambrera. Lo leo a todas horas, aquí estoy esperando en el ambulatorio Espartero de Logroño (La Rioja, España) que tengo catarro.
El sábado 14 de junio tenemos una cita a la orilla del río Ebro a su paso por Logroño, concretamente en Casa Julio, desde las once de la mañana hasta las seis de la tarde. Empezaremos buscando el Lago de las aguas refulgentes, jugaremos a la goma, haremos carreras de sacos y una tertulia literaria; por la tarde juegos de mesa variados.
Se recomienda venir ataviada como en el vídeo de abajo que se ve claramente la idea. Si alguien tiene pistola que la traiga, la que disponga de trenzas que se las ponga; eso sí, todo ha de hacerse con decencia y decoro.
Durante todo el día trotaremos por el campo, retozaremos en la hierba y comeremos tortilla de patata, pimientos rellenos, nueces, emparedados, etc. Cada cual que traiga lo que quiera en rústica cesta. Es una fiesta con mantel de cuadros para toda la familia, para amigos, para quienes pasen por allí. Imprescindible leer los dos primeros capítulos de Ana la de Tejas Verdes (el cuadernillo de avance editorial que os entregamos) aunque recomendamos leer el primer volumen entero porque es una delicia. En este enlace se puede leer el primer capítulo.
Tres sugerencias para la lectura
1. Anota en un posit las palabras o expresiones que más te gusten del libro porque no las conocías o porque te gusta como suenan, etc. Ejemplos: almidonar, decencia, decoro, vajilla de diario, etc.
2. Elige una escena que te emocione o te haga reir especialmente, leed la escena en voz alta un par de veces en casa para que luego vuestros chiquillos y vosotras triunféis al leerla delante de todos a la sombra de un árbol a la orilla del Ebro mientras cantan los pajarillos.
3. ¿Qué personaje te gustaría ser? ¿Con cuál te has identificado especialmente? ¿Alguno te pone de los nervios?
Mandad comentarios explicando si habéis empezado a leer el libro o no, por qué página váis exactamente, etc. Y sobre el traje que os vais a poner, si os lo está haciendo la abuela, si habéis ido a comprarlo a Chavicar o si pensáis reciclar blusa de mangas abombadas y falda larga de vuestra etapa hippie-pop. En cualquier caso todos estaremos deslumbrantes.
Esta es mi amiga Laura que estaba esperando para entrar a la pediatra y aprovecha el tiempo para leer. ¡Me va a ganar!
Queridas Majestades Reyes Magos del Oriente lejano:
soy Tomasa, la de Logroño, la que pide siempre cuentos. Ya se acordarán ustedes majestades que mi padre va a un club de lectura y en ese club organizan una gran fiesta cada año; Y claro, yo me veo obligada, muy obligada, a leer cosas para poder ir a esas fiestas que es que me chiflan.
Este año será en junio y se llama la fiesta del tupperware. Va a ser a la orilla del río Ebro y cada uno lleva sus pimientos y su tortilla de patata en un cacharro de plástico, por eso lo de tupperware. Pueden ir todos los familiares o amigos de los del club de lectura (cada uno con su tupper). Dice mi padre que quieren sacar el club de lectura a la calle, para que respire un poco.
El libro que necesito es: Ana de las tejas verdes. Lo he visto en la biblioteca y me chiflaporque van todos con delantales y gorros y ya me estoy imaginando trotando por la orilla del Ebro con mi falda larga y mi delantal y mi gorro o sombrero, todavía ando indecisa. La ropa me la va a tunear mi tía con una falda que tiene ella de joven y una blusita con mangas de farol; que mi tía se da muy buena mano para esto de la costura.
Estoy muy ilusionada porque mi amiga Laura también irá ya que su madre está apuntada al mismo club. El caso es que hoy he ido al pediatra y me he quedado pegada porque allí estaba Laura leyendo a la Ana esa. ¡Me va a ganar! Mi tía me ha dicho que de aquí a junio tengo tiempo de sobra y que no por mucho madrugar amanece más temprano (que no sé qué tiene que ver con el pediatra pero bueno)
También tengo que confesarles a sus majestades que he sufrido un golpe muy grande: resulta que me presenté al casting de Másterchef Junior y no me cogieron. Entró ese tal Mario, que cocina mejor que yo (no lo duden majestades porque yo no atino ni a pelar patatas) pero tengo más sandunga…
Que tengan ustedes buen viaje y abrigénse que aquí en Logroño hace un frío de mil demonios y está chispeando.