Luminosa estaba la mañana del sábado en Logroño, os resumimos aquí algunas de las cosas que comentamos sobre Páradais. Fernanda Melchor (México 1982) nació en una de las zonas más peligrosas de México y la violencia y la desigualdad han estado siempre presentes tanto en sus novelas como en su trabajo como periodista. Consigue transformar en literatura historias que pueden leerse en cualquier periódico mexicano.
Los protagonistas, dos adolescentes, uno rico (Franco) y otro pobre (Polo) comparten alcohol a destajo y cada uno a su manera están solos y sin salida. Polo bebe por no volver a casa sobrio, por no ver a su rígida madre y a la golfa de su prima despiertas. Y como telón de fondo las desigualdades sociales, la violencia contra las mujeres, etc.
Pero lo interesante de la novela no es tanto el tema, ya visto, ya tratado en el cine y en otras novelas, como la atmósfera que consigue crear, una atmósfera angustiosa, opresiva que te impregna y te atrapa y que te obliga a seguir leyendo.
Otro de los logros de la novela es cómo recrea el lenguaje popular. El vocabulario vulgar y de jerga le da autenticidad a la historia sin impedir seguirla en todo momento. Ella asegura que quiere confrontar al lector con ese lenguaje. Usa un vocabulario torrencial, frases soltadas a degüello.
El narrador es un narrador neutral, no sabemos nada de él, y quizá por ello resulta aún más desconcertante. Los personajes son complejos, cometen errores pero también tienen momentos de ternura. Por ejemplo cuando Polo recuerda a su abuelo, página 78.
Todas hemos estado de acuerdo en que es una novela dura que requiere cierta voluntad para acabarla. Intuimos que puede gustar a los adolescentes y sin duda provocar mucho debate. Antes de despedirnos entregamos ejemplares de nuestra siguiente lectura Los extraños de Jon Bilbao.