Tres luces de Claire Keegan

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La editorial Eterna Cadencia es la que publica a Claire Keegan en español. En el club de lectura nos hemos centrado en Foster = Tres luces.  Ateneo riojano, sábado 4 de marzo de 2023.

Una mañana luminosa y soleada la del sábado en Logroño. Empezamos la sesión del club de lectura hablando de la escritora irlandesa Claire Keegan.

¿Quién es Claire Keegan?

Es autora de dos colecciones de cuentos, Antártida (1999) y Recorre los campos azules (2007), y de dos cuentos largos publicado por separado, Foster = Tres luces (2010)  y Cosas pequeñas como esas (2021). No es muy prolífica, podríamos decir que se toma su tiempo para publicar pero es una de las mejores escritoras de cuentos de Irlanda. Afirma que Irlanda era hasta hace poco un país pobre, triste y gris. Marcado por el nacionalismo, la emigración a Estados Unidos y la religión.

La mayoría de sus relatos tienen en común que se desarrollan en el entorno rural irlandés. Presentan granjas familiares periféricas, sacerdotes de aldeas, madres trabajadoras y padres irresponsables y dados a la bebida.

¿Qué es para ella el cuento?

Su estilo es intenso aunque discreto, casi minimalista, en el que el significado se transmite a través de la sugerencia y el simbolismo sutil. Usa la elipsis y maneja la trama con mucha inteligencia. Ella misma define así el cuento:

El cuento es muy difícil. Es muy desafiante, es intenso. El nivel de intensidad es muy alto. Tienes que dejar la mayor parte de lo que se podría decir, fuera. Es una disciplina de omisión. Realmente estás diciendo muy poco. La gente dice muy poco de todos modos. Hablamos mucho, por supuesto, pero en realidad nos decimos muy poco. Creo que el cuento es un lugar muy bueno para explorar ese silencio entre las personas y la soledad entre las personas y el amor que hay allí. 

Y tras este preámbulo hemos abierto la ronda de opiniones, a todas les había gustado este cuento largo o novela corta, si bien hemos coincidido en que en una primera lectura no aprecias todos los matices. Es tan intensa que requiere una segunda lectura atenta y a ser posible de una tacada, porque la atmósfera que crea es tan sutil que corremos el riesgo de  perderla. ¡Es un 20 como una casa!

Me gusta cómo va contando la niña los olores, las sensaciones. Me ha llevado a mí a mi infancia, al campo. / La que cuenta la historia es la niña y nos va describiendo todo lo que ve, no lo que siente; suelta frases aparentemente ingenuas que tú como lectora vas interpretando y rellenando, te deja mucho espacio como lectora. Calla más de lo que dice, pero sugiere mucho. 

Una de mis escenas favoritas es cuando van a un funeral y una vecina, Mildred, la lleva un rato a su casa. Por el camino le hace un montón de preguntas, es la cotilla del pueblo. (páginas 57-60). Por cierto, me parece estupenda para hacer una lectura dramatizada.

Me resulta esperanzador pensar que la estancia de la niña con esta familia de acogida le ha enseñado sobre las diferencias y las opciones, sobre la responsabilidad y el respeto. Haber observado diferentes posibilidades le permite imaginar y realizar una vida diferente a la de su madre, menos sumisa. Ahora diríamos que esta niña vuelve empoderada, con más confianza en si misma y más autoestima.  

La película también me ha gustado mucho, la cámara son los ojos de la niña, refleja miuy bien cómo lo observa todo. Con un ritmo pausado y la música crea una gran intensidad emocional. ¡Ojalá gane el Oscar! / Me parece mágico que gracias a una película descubramos a una escritora, es el poder de las historias, al margen de los formatos. / Yo recomiendo una serie irlandesa que recoge muchos temas y con mucho sentido del humor por si alguien quiere verla: Derry Girls.

Hablamos después del libro informativo ¡Mirar! Guía para acercarse a la fotografía que todo el mundo encontró muy interesante. Y nos despedimos hasta el 22 de abril, ese sábado celebraremos la Gala de los 20. ¡Ya estamos ultimando los detalles!

Descubriendo a Claire Keegan

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A la protagonista de esta novela, una niña de 11 años llamada Cáit, le enseñan a hacer panqueques (tortitas americanas) cuando llega a la granja de los Kinsella. Sábado, 4 de marzo, Ateneo riojano. 

Este próximo sábado 4 de marzo tenemos una nueva sesión del club de lectura en el Ateneo riojano.Todas hemos leído la novela, Tres luces, y casi todas hemos visto la película, The quiet girl, el martes 28 de de febrero en la Filmoteca Rafael Azcona de Logroño. Se trata entonces de hablar de la obra literaria y de la cinematográfica.

La escritora Claire Keegan, a la que no conocíamos, nos ha cautivado. Nos maravilla su capacidad para decir tanto con tan poco. Sus personajes tienden a ser reticentes, reacios a divulgar lo que les está carcomiendo. Hablaremos también de otras escritoras irlandesas que han influido en su obra: Edna O’Brien (Las chicas de campo) y Mary Lavin (En un café). Aunque ella considera que su maestro es el escritor irlandés John McGahern. ¡Os esperamos a las 11.00 horas! ¡Entrada libre!

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Escritoras irlandesas que han influido en la obra de Claire Keegan: Edna O’Brien y Mary Lavin. También el escritor irlandés William Trevor.

La mejor voluntad de Jane Smiley

IMG20230110180237 Seguimos con el relato de lo acontecido en nuestra sesión del club de lectura del sábado 4 de febrero. La novela de Jane Smiley es de esas que te atrapan y te mantienen alerta porque no adivinas los derroteros que va a tomar. Y ese es el mejor piropo para una novela.

La historia nos la cuenta el padre, Bob Miller, un veterano de Vietnam. Compra una granja en Pensilvania y se convierte en un agricultor de subsistencia que regresa a la tierra, y la idea de vivir de manera autosuficiente se convierte en una obsesión. Vive con su mujer y su hijo sin electricidad ni teléfono, sin coche. Hacen su propia ropa, sus muebles, cultivan y crían su propia comida. Sin ninguna conexión real con el mundo exterior, excepto los viajes que su hijo acude a la escuela en el autobús.

De modo que lo que sabemos, lo sabemos por el propio padre, Bob Miller. Y a través de sus palabras vamos descubriendo sus habilidades, lo perfecto que es. De forma muy sutil, Jane Smiley, va dejando caer algunas pistas que nos obligan a plantearnos como lectoras si lo que nos cuenta Miller es tan idílico como lo presenta. Empezamos a ver las grietas. Y las grietas no son otras que su orgullo exacerbado, su afán por controlar a su mujer y a su hijo.

Desde la puerta contemplé la casa y los bancales asolados por el invierno, y todos mis hábitos mentales se me aparecieron como meras formas de orgullo. Incluso ese amor del que tan seguro había estado (por Tommy y por Liz, por el valle, por este trabajo, este suelo, este aire) era ante todo autoenaltecimiento. Me quedé paralizado en la puerta, cegado por las lágrimas. Esa fue la única vez. (Página 128)

Surgieron muchas opiniones, aquí os dejamos algunas.

Yo desde el principio sabía que algo malo iba a pasar. / No me gustan las decisiones drásticas, llevar las cosas al extremo. Hace unos años tuve en clase dos hermanas cuyos padres vivían aislados en una casa cercana a un pequeño pueblo. No tenían televisión. Las niñas eran muy educadas, muy majas, pero lo cierto es que el resto de niños de la clase las veían como extrañas, raras. No podían hablar con ellas de los dibujos que veían o de juguetes que salían en la tele, no sé… 

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Ilustración de Stian Hole para La calle de Garmann. Kókinos, 2009 (A partir de 9 años)

¿Se puede ser alternativo hoy? Vivir en una burbuja puede estar bien pero luego hay que salir… / En mi opinión no podemos privar a nuestros hijos de relacionarse con los demás, de socializar, de ser uno más en el grupo. / Me ha recordado un álbum que sigo leyendo en clase: La calle de Garman. / A mi me ha removido y me ha hecho pensar en la película Capitán fantástico. Tanto el libro como la película te obligan a plantearte cómo te han educado a ti, cómo has educado tú a tus hijos, etc.

Es curioso que en la novela aparece muchas veces el tema del dinero. Bob Miller parece despreciarlo pero luego se siente atraído por la belleza y el lujo. 

Yo me he planteado muchas cosas al cerrar la novela. Desde luego los padres y las madres tenemos derecho a elegir nuestra forma de vida (vivir en la ciudad o el campo, ser escrupulosos con lo que comemos o no dar importancia a la comida, tener o no televisión o móvil, etc.) pero ¿tenemos derecho a imponerla a nuestros hijos? ¿Podemos mantenerlos al margen de la sociedad y el tiempo que les ha tocado vivir? 

Yo creo que los padres y las madres no debemos creernos dioses, no lo sabemos todo, no tenemos derecho a cerrarles el mundo. Hay tantas cosas que ellos deben descubrir. Bob Miller me parece un soberbio, engreído y peligroso. / Me ha gustado mucho leer esta novela y poder comentar aquí si Bob Miller, ese padre tan perfecto, es un buen padre o es un hombre tóxico. Pienso leer el resto de novelas de Jane Smiley, me encanta cómo escribe. 

La niña tranquila

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Fotograma de la película The quiet girl (La niña tranquila) basada en la novela de la escritora Claire Keegan. En español se titula Tres luces y está publicada por la editorial Eterna cadencia.

En los primeros días del mes de enero, dentro de la programación del Festival Actual, vimos una película que nos cautivó: La niña tranquila = The quiet girl. En los títulos de crédito leímos que está basada en una novela titulada Foster de la escritora irlandesa Claire Keegan. Salimos tan entusiasmadas del cine que indagamos para saber si la novela estaba traducida al español. Y sí, la publicó la editorial argentina Eterna cadencia en 2011 con el título Tres luces. La película se estrenará en España el 24 de febrero, aunque se ha podido ver subtitulada en algunos festivales como el citado, también ha pasado por la Seminci y no para de recibir premios. De hecho está nominada a los Oscar como mejor película extranjera. La Filmoteca de La Rioja la ha incluido en su programación para el 28 de febrero, eso sí, subtitulada. ¡Que nadie se la pierda!

claire-keegan-tres-lucesTres luces es una novela corta, no llega a 100 páginas, de corte realista. Escrita con frases cortas y contundentes, de modo directo, claro y limpio. Con una prosa delicada y sobria. Llena de detalles reveladores que se hacen más atractivos en una segunda lectura. Narración escueta, reducida a lo esencial. En la novela no hay un gran escenario, ni una gran historia, ni una gran protagonista. Toda la materia prima es el lenguaje.

Se trata esencialmente de confiar en la inteligencia del lector […] La sugerencia es lo que busco en todos mis escritos.

Se publicó en una versión ligeramente abreviada en The New Yorker y la novela completa y definitiva en 2010. Un texto que forma parte de la programación académica en Irlanda. Aunque no se mencionan fechas, se deduce que está ambientada en 1981 porque la protagonista oye hablar de la huelga de hambre de 1981 de los presos del IRA en Irlanda del Norte.

La historia está contada por una niña muy observadora y precoz, cuyos padres, granjeros católicos empobrecidos y con bastantes hijos, la mandan a pasar el verano con unos parientes lejanos. Cuando llega a su nueva casa, los azulejos limpios de la cocina, las margaritas en la mesa, el olor a lejía y la tarta de ruibarbo en el horno, la dejan maravillada. El tema de la acogida tiene una larga historia en Irlanda. Los antiguos jefes gaélicos utilizaban la crianza para crear alianzas y mantener acuerdos de paz con rivales. En tiempos más recientes, los padres de familias numerosas entregaban a uno o más hijos a parientes que ayudaban a criarlos.

Una novela intensa y emotiva que provoca emociones encontradas. Nos habla de la pérdida, de los secretos, del crecimiento, de cómo el dolor puede transformarse en ternura y con un final que se presta a distintas interpretaciones. El debate sobre las diferencias entre novela y peli se presenta emocionante. ¡Ahí lo dejamos!

La loca desquiciada que siempre fui

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La madre que roba al niño en la novela Casas vacías (Sexto Piso, 2020) elabora en su casa paletas, gelatinas, etc. Consigue así independencia económica. Brenda Navarro (México,  1982)

La novela Casas vacías de Brenda Navarro no ha dejado indiferente a nadie. Durante dos horas hoy sábado hemos intentado desgranar los entresijos de esta historia ambientada en México y Barcelona. Para algunas personas es una novela dolorosa y a la par luminosa; para otras es muy dura, demasiadas desgracias acumuladas en sus pocas páginas. Brenda Navarro va de a poquito contando, en tres partes y seis capítulos, la vida de dos mujeres con una maternidad traumática.

La primera, una mujer deprimida, hundida porque le han robado a su hijo en el parque; la segunda, la ladrona, obcecada con la idea de ser madre. Y nos hace navegar entre una y otra alternativamente, en una especie de monólogo interior, hasta el último capítulo en el que esta segunda madre hace una especie de alegato para explicarnos por qué se robó a ese niño. Apenas veinte páginas finales que merecen ser leídas varias veces. Es ahí cuando esta madre que arrastra la violencia desde la cuna se llama a sí misma loca desquiciada, en la última página.

Casasvacias9788417517649Os transcribimos aquí algunas de las opiniones que se han vertido en el Ateneo riojano.

A mí me ha interesado mucho, es un alegato feminista, habla de la violencia contra las mujeres y el personaje que hace gelatinas y paletas (la madre que roba al niño) cuenta muy bien cuál es su sueño: Y es que lo que pasa es que siempre quise tener una hija, peinarla con moños de tela, vestirla con esos vestidos vaporosos que les ponen a las niñas en días de fiesta. (Página 40)

El tema de las desapariciones y las madres que buscan a los desaparecidos, aquí lo individualiza y creo que tiene todavía más fuerza: El que desaparece se lleva algo de ti que no vuelvese llama cordura. / Muerto es mejor que desaparecido / Nunca quise ser madre, ser madre es el peor capricho que una mujer puede tener  / ¿Cómo hace una persona para sobrevivir al dolor? / ¿Cuánto tiempo te tardas en poder contarlo? / ¿En qué momento me darán ganas de ir y tirarme por la ventana? 

A mí me ha ganado esa madre que roba al niño, la más pobre, utiliza un lenguaje popular que te conmueve (pendeja, pinche, etc.), es toda frescura y sinceridad. Memorable cómo describe su primer orgasmo en la página 51. Ella solita podría protagonizar una novela de 500 páginas. Ir a la escuela por ir, pues no. / Estudiar es pura perdedera de tiempo / Como que nos agarramos odio / Mi prima nada más vino a viborear / Yo no iba a ser madre de nadie, iba a ser la cuidadora de todos los hombres de mi vida.

Me parece una novela magnífica para leer en los institutos, para hablar de los estereotipos, de las relaciones amorosas, de la violencia de género, de la desigualdad social. Esta novela es como un diamante en bruto / Me gusta lo que cuenta, cómo lo cuenta y mientras la leía no respiraba / Yo no he podido con ella, me resultaba muy triste y la he dejado / Me ha gustado más que Páradais siendo las dos muy duras porque en las dos se habla de violencia.

Y hemos comentado el boom que a decir de la crítica suponen estas autoras latinoamericanas que están triunfando en español: Fernanda Melchor con Páradais, Guadalupe Nettel con La hija única, Samanta Schweblin con Siete casas vacías, o Mariana Enríquez con Las cosas que perdimos en el fuego. Y también hemos citado a Katixa Agirre que con Las madres no pone en entredicho la supuesta felicidad que entraña la maternidad.

La mañana ha dado para mucho y nos hemos despedido hasta el sábado 4 de febrero que tendremos una nueva sesión de nuestro club de lectura.