
Kiosco de La Rosaleda en Logroño convertido en Punto de lectura de la Biblioteca Rafael Azcona.
Hace apenas tres meses, en la plaza del Espolón de Logroño, en pleno centro, el Ayuntamiento de Logroño ha estrenado un punto de lectura coordinado por la Biblioteca Rafael Azcona. Desde 1989 y hasta 2016, La Rosaleda fue un kiosco cafetería con una amplia terraza a la que acudían la flor y nata de la sociedad riojana. Allí se iba a tomar un refresco, una caña y a ver trajinar a la gente. Es lugar de paso hacia el casco antiguo, la Plaza de Abastos, el teatro Bretón, etc.

El interior de La Rosaleda es funcional y flexible para poder realizar actividades diversas. Dispone de aire acondicionado y calefacción por lo que está previsto que se use todo el año.
La propiedad del recinto acristalado es del Ayuntamiento de Logroño. El caso es que con los años quedó en desuso y estuvo cerrado. Y ahora en 2021 el Ayuntamiento ha decidido abrirlo como punto de lectura. En la terraza colocan mesas y sillas y puedes acudir a leer la prensa diaria al aire libre o dentro del recinto. Incluso puede pedirse un parchís y jugar allí con tus amistades. Hasta se permite llevar tu propia bebida de casa, tu botellita de agua, etc. El horario de verano es de 11 a 14 horas y de 19 a 22 horas todos los días de la semana, sí también sábados y domingos.

Para llevarte los libros en préstamo tienes que tener el carné de la Red de Bibliotecas de La Rioja que se expide en el propio kiosco. Tienen álbum ilustrado, cómic y libro informativo.
Pero no queda ahí la cosa, como punto de lectura ofrece un pequeño fondo para niñas y niños, recien estrenado, de álbumes ilustrados, cómic y libro informativo. Hacen también presentaciones de libros y talleres. El espacio puede reservarse (Véase formulario online) para actividades que tengan que ver con sus fines. Nosotras por ejemplo lo reservamos el pasado 25 de junio como asociación para una de nuestras reuniones. Y dispusieron mesas y sillas en el exterior. Una opción estupenda en estos tiempos de covid. Da gusto pasar por allí y ver cómo distintas generaciones comparten un espacio público alrededor de la cultura. ¡Bravo!
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