
Émile Bravo (París, 1964) visita España para promocionar su cómic La esperanza pese a todo. Una nueva aventura de Spirou. La 1ª parte de lo que será una cuatrilogía. De 12 a 99 años.
Pues sí, el gran Émile Bravo, uno de los más grandes del cómic europeo actual visitará nuestro país (Madrid, Barcelona y Zaragoza) para promocionar su última obra: La esperanza pese a todo. Una nueva aventura de Spirou (Dibbuks). Es el autor junto a su amigo Jean Regnaud de una de nuestras obras de referencia Mi mamá está en América y ha conocido a Buffalo Bill.
Bravo es hijo de padre español y madre francesa y habla castellano por lo que nos morimos de ganas de verle y escucharle. De momento hemos leído su cómic y nos encanta así que lo hemos incluido en nuestra lista de candidatos 20 de 2020. Aquí os dejamos nuestra crítica.
El personaje de Spirou fue creado por Rob-Vel a finales de los años 30, con los años se ha convertido en un referente para los niños belgas y franceses; junto a Tintín, es símbolo del trotamundos infatigable. A diferencia de Tintín, cuyo único creador fue Hergé y una vez muerto este acabó la saga. En cambio, Spirou, cuyo propietario de los derechos es la editorial Dupuis, ha seguido publicándose y además no con un solo autor sino con varios.
Émile Bravo es uno de ellos y en opinión de muchos el mejor continuador de la serie. El Spirou de Bravo respira autenticidad y naturalidad, le pone alma e ingenio a unos personajes muy desvaídos en anteriores interpretaciones. Gráficamente es una genialidad, moderniza al personaje sin alejarse de la línea clara de Hergé, al que homenajea con algún que otro guiño a Tintín.
En 2008 publica su primera historia, Diario de un ingenuo, que transcurre en la Bruselas de 1939. La esperanza pese a todo, será una cuatrilogía y comienza en la Bruselas de 1940. Se puede considerar una continuación de Diario de un ingenuo, pero perfectamente se puede leer esta primera parte sin haber leído el anterior. Nos contará La Segunda Guerra Mundial vista desde los ojos de Spirou, todavía un adolescente de 14 años, huérfano, un poco abrumado por los acontecimientos y poco consciente de la geopolítica del momento. Un personaje que está en construcción; por supuesto, acompañado de Fantasio, de momento un oportunista bastante tonto.
Los protagonistas no son conscientes del entorno trágico en el que se encuentran. No tienen nuestra perspectiva y eso da lugar a situaciones cómicas, que surgen de cuando en cuando, y que aligeran y desdramatizan la historia. El autor pinta un fresco realista de la época. El tono es vivo, juguetón, a menudo divertido, sobre todo al principio para luego oscurecerse poco a poco. Hay un buen equilibrio entre tragedia y comedia, entre libro de historia y viaje personal.
El cómic tiene un mensaje profundamente humanista y pacifista: Spirou se niega a luchar porque no quiere matar a su vecino. Bravo intenta explicar la complejidad del momento histórico: Spirou tampoco quiere morir; antes ha de encontrar a su amada, una joven alemana, judía y comunista.
Émile Bravo aborda una serie de cuestiones éticas y filosóficas: ¿Qué pasa con la independencia y la libertad en un contexto totalitario? ¿Qué y cuánto debemos ceder? ¿Qué nos enseña la historia? ¿Resistir? ¿Colaborar? ¿Tener esperanza pese a todo?
Los profesores de historia tienen aquí una mina de oro. Súbete al carro de este Spirou. ¡Un primer cómic muy prometedor! Esperamos impacientes la segunda entrega.